martes, 10 de noviembre de 2015

TIPOS DE CLIENTES

EL HABLADOR
Son clientes amistosos, que buscan la conversación y que pueden llegar a excederse con sus explicaciones o en su discurso, sin tener en cuenta el tiempo de su interlocutor:
• Encare el encuentro o conversación desde lo profesional, sin dejar demasiado espacio a lo relacional.
• Nunca deje de ser amistoso, aunque poniendo ciertos límites.
• Trate, por todos los medios, de enfocar la conversación hacia el tema de interés.
• Intente llevar la iniciativa durante el encuentro.

EL MALGENIADO
Se trata de personas un tanto rígidas y negativas, poco encaradas a la solución de problemas, centradas en la queja y que tienen la creencia de que llevan siempre la razón:
• Ante su queja, escuche con atención, haciéndole ver que está al 100% por él.
• Nunca entre en la discusión; al contrario, disponga siempre de una actitud serena y cercana.
• Muéstrese seguro de sí mismo, transmitiendo confianza.
• Procure facilitarle soluciones y encare la situación siempre en positivo.

EL SUSPICAZ
Es una persona que va a poner en duda todos los argumentos que usted le pueda dar. Se centra en la duda y se puede mostrar un tanto intransigente y dubitativo:
• Muestre calma y respeto hacia su posicionamiento.
• Pregúntele exhaustivamente sobre el tema del que no está seguro, para recoger el máximo de información.
• Busque puentes de entendimiento y puntos de encuentro con su posición, por muy extrema que sea.
• Intente no llevarle la contraria ni tratar de discutir sus argumentos.
El detallista
Son personas que saben perfectamente lo que quieren. Pueden ser exigentes, demandan concreción y respuestas claras, sin un exceso de información o argumentos:
• Muéstrese seguro y céntrese en el tema que es de interés para él.
• Sea conciso y directo, sin dejar de ofrecer un trato correcto y profesional.
• No trate de confraternizar excesivamente; céntrese en la transacción.

EL SABELOTODO
Este tipo de clientes cree conocer todo cuanto es necesario en relación a lo que necesita y desea. Puede mostrarse un tanto exigente y se coloca en una posición de superioridad respecto al otro:
• Escuche siempre con mucha atención, de forma activa y tranquila; estas personas necesitan ser escuchadas.
• Nunca discuta o trate de llevar la razón (no serviría de nada).
• Enfóquese hacia la solución. Si está equivocado, simplemente muéstrele el camino correcto, sin entrar en el error o en el problema.
• Hágale partícipe de la solución: argumente e integre sus palabras de forma que crea que, en el fondo, lleva la razón.



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